Realmente puede sonar una palabra de cajón, pero en la experiencia que he tenido hasta el momento y las investigaciones realizadas he notado que un gran principio para aprender a emprender es empezar por aceptar un cambio desde adentro hacia fuera aprender a desaprender.
La cultura de hábitos que rigen nuestra sociedad, han establecido una serie de paradigmas y vacas sagradas que dicen en sus normas que las cosas se deben hacer así, porque así se han venido haciendo.
Claro está que hay muchas cosas que son así y funcionan, pero hay otras que deben mejorar, y es la manera de ver las cosas desde otro punto de vista y aprender a observar, es tan obvio, que cuando vemos la violencia propiciada por los medios de comunicación en una aprobación indirecta a mostrar la realidad que vivimos, nos encontramos la idea mancomunada que la nota de reportaje que nos queda en el subconsciente, precisamente es la imagen negativa, mas las cosas positivas las dejamos de lado, tanto es que si alguien hablara del mundial anterior, no se destacaría la perseverancia de un equipo como Ecuador o las jugadas magistrales, de hecho la gran mayoría optaría por recordar el cabezazo que Zidane le propicio a su homólogo italiano, y dejar clara la idea de un grande dejando atrás la codiciada copa del mundo, como un ejemplo que no se debe seguir.
Sin embargo hasta el mal hábito que tenemos de utilizar palabras como “siempre “, o mejor “todo el mundo “y reemplazarlas por muchas veces o la gran mayoría.
Cuando hablamos de aprender a desaprender, realmente es un proceso, un camino que muchos anhelan y pocos hacen el compromiso serio y con total convencimiento de realizar cambios que nos lleven a cumplir metas y sueños con los pies aterrizados.
En otras ocasiones, y con mayor seguridad, los 31 de diciembre, las metas y quitar ciertos vicios de nuestras vidas se hacen evidentes, al realizar costumbres y tradiciones como las de comer uvas y pedir deseos, no con el alma, sino con el rito que merece la fecha de fin de año…
Tanto nos han consumido los malos hábitos, que hasta le deseamos a todo el mundo suerte, y no éxitos, utilizamos frases de cajón y lo peor las tomamos como ciertas, “loro viejo no aprende hablar “, quizás esto sea cierto para los loros, pero para el ser humano?, terminamos contaminados por adaptar esas situaciones a nuestras vidas y no observamos al vecino exitoso y emprendedor, nos olvidamos que Dios existe, y solamente le hablamos cuando de Él necesitamos, nos quejamos por todo y buscamos excusas en los demás, buscamos subterfugios para evadir lo que realmente debemos hacer…, Cambiar, habituarnos a lo que realmente nos compete, “VIVIR”, mas no sobrevivir, no depender, sino trabajar en equipo, en fin es hora de dejar huella.
Es esencial entender que hay hábitos excelentes de los cuales les invito a realizar:
Lee libros. Dedicamos mucho tiempo en aprender a leer y que pasó, no tomamos un libro, nos encanta tener el mal hábito de ojear escritos, buscar horóscopos que nos digan lo que debemos hacer, sin embargo, la buena lectura, debería ser una cultura de hábito, ¿que creen ustedes que hace que el cerebro se desarrolle?, precisamente lo que no nos gusta leer, al igual que un cuerpo estéticamente bello, necesita una disciplina, ejercicios, dieta, etc., para conservarse así, la mente, el cerebro necesita alimentarse, y esta es una manera de desarrollar nuestra capacidad, para aprender a pensar y ejercitar nuestros pensamientos.
Por otra parte, escoge grandes amigos, si recuerdas que para ser mejor, debes andar con los mejores, no tengas miedo de quitar de tu agenda aquellas personas que consideras amigos, cuando en realidad pueden ser uno de ellos quién en varias ocasiones te dice.: “no hagas eso, te puede ir mal”
Estas personas que aparentemente te demuestran lealtad, a veces te muestran lo que llamo una envidia disimulada hacia tu buena actitud de seguir adelante, dejando huella.
Por lo tanto, empieza por hacerte una DOFA, es decir has un diagnostico sobre tu vida, mira que debilidades, oportunidades, amenazas y fortalezas tienes, reflexiona sobre ello y verás como encontraras caminos que jamás pensaste observar en tu vida, realmente te sorprenderás.
La cultura de hábitos que rigen nuestra sociedad, han establecido una serie de paradigmas y vacas sagradas que dicen en sus normas que las cosas se deben hacer así, porque así se han venido haciendo.
Claro está que hay muchas cosas que son así y funcionan, pero hay otras que deben mejorar, y es la manera de ver las cosas desde otro punto de vista y aprender a observar, es tan obvio, que cuando vemos la violencia propiciada por los medios de comunicación en una aprobación indirecta a mostrar la realidad que vivimos, nos encontramos la idea mancomunada que la nota de reportaje que nos queda en el subconsciente, precisamente es la imagen negativa, mas las cosas positivas las dejamos de lado, tanto es que si alguien hablara del mundial anterior, no se destacaría la perseverancia de un equipo como Ecuador o las jugadas magistrales, de hecho la gran mayoría optaría por recordar el cabezazo que Zidane le propicio a su homólogo italiano, y dejar clara la idea de un grande dejando atrás la codiciada copa del mundo, como un ejemplo que no se debe seguir.
Sin embargo hasta el mal hábito que tenemos de utilizar palabras como “siempre “, o mejor “todo el mundo “y reemplazarlas por muchas veces o la gran mayoría.
Cuando hablamos de aprender a desaprender, realmente es un proceso, un camino que muchos anhelan y pocos hacen el compromiso serio y con total convencimiento de realizar cambios que nos lleven a cumplir metas y sueños con los pies aterrizados.
En otras ocasiones, y con mayor seguridad, los 31 de diciembre, las metas y quitar ciertos vicios de nuestras vidas se hacen evidentes, al realizar costumbres y tradiciones como las de comer uvas y pedir deseos, no con el alma, sino con el rito que merece la fecha de fin de año…
Tanto nos han consumido los malos hábitos, que hasta le deseamos a todo el mundo suerte, y no éxitos, utilizamos frases de cajón y lo peor las tomamos como ciertas, “loro viejo no aprende hablar “, quizás esto sea cierto para los loros, pero para el ser humano?, terminamos contaminados por adaptar esas situaciones a nuestras vidas y no observamos al vecino exitoso y emprendedor, nos olvidamos que Dios existe, y solamente le hablamos cuando de Él necesitamos, nos quejamos por todo y buscamos excusas en los demás, buscamos subterfugios para evadir lo que realmente debemos hacer…, Cambiar, habituarnos a lo que realmente nos compete, “VIVIR”, mas no sobrevivir, no depender, sino trabajar en equipo, en fin es hora de dejar huella.
Es esencial entender que hay hábitos excelentes de los cuales les invito a realizar:
Lee libros. Dedicamos mucho tiempo en aprender a leer y que pasó, no tomamos un libro, nos encanta tener el mal hábito de ojear escritos, buscar horóscopos que nos digan lo que debemos hacer, sin embargo, la buena lectura, debería ser una cultura de hábito, ¿que creen ustedes que hace que el cerebro se desarrolle?, precisamente lo que no nos gusta leer, al igual que un cuerpo estéticamente bello, necesita una disciplina, ejercicios, dieta, etc., para conservarse así, la mente, el cerebro necesita alimentarse, y esta es una manera de desarrollar nuestra capacidad, para aprender a pensar y ejercitar nuestros pensamientos.
Por otra parte, escoge grandes amigos, si recuerdas que para ser mejor, debes andar con los mejores, no tengas miedo de quitar de tu agenda aquellas personas que consideras amigos, cuando en realidad pueden ser uno de ellos quién en varias ocasiones te dice.: “no hagas eso, te puede ir mal”
Estas personas que aparentemente te demuestran lealtad, a veces te muestran lo que llamo una envidia disimulada hacia tu buena actitud de seguir adelante, dejando huella.
Por lo tanto, empieza por hacerte una DOFA, es decir has un diagnostico sobre tu vida, mira que debilidades, oportunidades, amenazas y fortalezas tienes, reflexiona sobre ello y verás como encontraras caminos que jamás pensaste observar en tu vida, realmente te sorprenderás.
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