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miércoles, 29 de febrero de 2012

LA MUJER IDEAL DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LOS HOMBRES

“LA MUJER IDEAL DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL HOMBRE”

Para poder comprender el ideal seleccionado por el hombre tendremos que ver a la mujer a través de los ojos de éste. Debemos librarnos de todas las ideas preconcebidas, pensamientos, o prototipos de encanto femenino. No sabemos lo que gusta a los hombres, pues no somos hombres. Las ideas de ellos sobre cómo ha de ser la mujer perfecta son completamente distintas de las nuestras.(desde el punto de vista de ellas).

Las cosas que algunas mujeres admiran en otras mujeres raras veces son atractivas para los hombres. Sin embargo, las características que la mujer promedio ignora o condena en otra mujer, son a veces las que la hacen encantadora a los ojos del hombre. Las mujeres son ciegas a sus propios encantos, razón por la cual es a menudo difícil para ellas saber lo que el hombre prefiere.

Esta diferencia en puntos de vista está ilustrada en La Feria de las Vanidades, de Thackeray. Por ejemplo, Amelia, uno de sus principales personajes, no era admirada por sus amistades femeninas. “Ella es sólo fachada y además insípida,” comenta una dama; otra pregunta, “¿Qué puede haber hallado Jorge en esa criatura?” Entonces Thackeray añade unas cuantas observaciones suyas:

“¿No ha oído usted en su trato social, querido lector, comentarios similares hechos por buenas amigas que se preguntan qué encanto podrá alguien ver en la Señorita Smith, o qué puede haber llevado al Comandante Jones a declarársele a esa tonta, insignificante y fatua Señorita Thompson?”

¿Y qué piensan los hombres sobre Amelia? La consideran “una pequeña diosa doméstica, amable, lozana, sonriente y simple, digna de ser adorada.”

¿No se ha preguntado usted alguna vez qué es lo que cierto hombre ve en tal mujer? En su opinión ella no posee ninguna atracción; sin embargo, él la adora. La fascinación que los hombres sienten por ciertas mujeres es una interrogativa para las demás. Aun cuando les pregunten el “porqué”, ellos no pueden explicar el hechizo que los envuelve.

¿Y no ha conocido usted también, mujeres que parecen poseer todas las cualidades que agradan a los hombres; sin embargo, pasan inadvertidas, abandonadas y a menudo son desdeñadas? Conozco una joven que estaba perdiendo a su esposo por causa de otra mujer, y al descubrirlo se miró en el espejo a sí misma: “No encuentro ningún defecto en ti.” Ella estaba ciega a sus propias faltas; no podía ver de lo que carecía, pues se miraba a sí misma a través de sus ojos de mujer.

Esta ceguera por parte de muchas damas hace que pasen incontables horas sumergidas en su apariencia, y aún así no logran lucir encantadoras a los ojos de los hombres. Y cuando llegan a la edad madura, se empiezan ver las arrugas y los músculos flojos (los cuales vienen, a pesar de todos los esfuerzos que hagan por evitarlos). Se aferran a la falsa idea de que están perdiendo su belleza y con ella la admiración y el cariño de sus esposos o parejas. ¡Si sólo pudieran notar que el verdadero encanto femenino es duradero y para siempre!...

La apariencia es importante, pero no en extremo. Una mujer deberá tener mucho más que ofrecerle a un hombre que una fachada atractiva si ha de ganar su corazón. Si usted se fija, observará que hay muchas mujeres hermosas que han perdido a sus esposos; y si mira más allá verá otras que no son singularmente atractivas (en nuestra opinión); sin embargo poseen la completa devoción de un hombre.

En nuestro estudio del tipo de mujer que el hombre desea, debemos recordar por lo tanto que él juzga por una norma distinta. ¿Cuáles son sus normas, y qué considera él “La Mujer Ideal”? Voy a tratar de crear este ideal en su mente: “La Mujer Ideal, desde el punto de vista del hombre.” Usted no puede llegar a una meta desconocida. Para poder hacerlo, debe tener una imagen mental de la mujer que debería ser, la que el hombre desea. A la vez que dicha imagen esté bien formada en su mente, la atraerá. Usted tendrá la tendencia de ser igual.

“Pero,” usted se preguntará, “ difiere este ideal con cada hombre?” Por supuesto ellos tienen diferentes gustos. Algunos desean que la mujer sea callada y discreta, otros la prefieren vistosa y atrevida, y aun otros quieren que sea dramática o extremadamente amorosa. A unos les gustan altas y rubias, otros las prefieren trigueñas y bajitas. Hay los que aprecian las habilidades culinarias o destreza en la costura, mientras otros insisten en que un buen sentido del humor es más importante. Hay muchos tipos distintos de hombres en el mundo, y no todos desean poseer el mismo tipo de mujer. Pero aun con sus diferencias, los hombres tienen básicamente los mismos gustos. Hay ciertas cualidades que tienen atracción universal, y sólo éstas despertarán el amor de él. Son estas cualidades las que analizaremos en nuestro estudio de “La Mujer Ideal.” (Segunda entrega en un mes, antes del lanzamiento de mi nuevo libro EL ARTE SER MUJER, muy pronto, gran lanzamiento.

JIMMY DAZA JIMENEZ

EL ARTE DE SER MUJER

PENSAR EN GRANDE

PENSAR EN GRANDE

La vida a menudo nos depara sorpresas y nos ofrece situaciones sobre las que no tenemos el menor control.

Nuestra empresa atraviesa un mal momento y nos vemos al borde del despido. Enferma un miembro de la familia o fallece un ser querido. En tales situaciones es fácil tirar la toalla y tener la sensación de que nada de lo que hagamos va a mejorar las cosas.

Muchas personas han vivido ya la experiencia de haberlo intentado todo, infructuosamente, para crear su propio negocio, ayudar a su familia, encontrar un verdadero amigo, o simplemente sentirse feliz. Pero nada les dio resultado. Siempre que intentamos algo nuevo, nos esforzamos al máximo y a pesar de ello no alcanzamos el objetivo, suele ocurrir que entonces nos acobarde la simple idea de intentarlo de nuevo. ¿Por qué? Porque todos queremos evitarnos disgustos. Y a nadie le hace gracia volver a fracasar. Nadie quiere entregarse en cuerpo y alma, solo para encontrarse al final con otra desilusión. A menudo, después de una serie de tales decepciones cameos en el abatimiento y ¡dejamos de intentarlo! Llega un punto en el que creemos que nada va a dar resultado, y comenzamos a pensar en pequeño.

La buena noticia consiste en que usted está equivocado. ¡Usted puede hacer que sucedan las cosas! Thomas Edison solía decir, “No me siento desanimado, porque todo intento fallido que se descarta es un paso más hacia adelante.” El primer paso para darle media vuelta a su vida es desembarazarse de esa negativa creencia de que no puede hacer nada o de que es incompetente.

¿Cómo puede conseguirlo? Con frecuencia, el motivo por el que las personas dicen que no pueden hacer esto o aquello estriba en que en el pasado intentaron cosas que no funcionaron. Pero recuerde: “Su pasado no es igual a su futuro”. Lo que importa no es el ayer, sino lo que haga de ahora en adelante. Imagine que tiene que conducir un automóvil hacia adelante. ¿Podría hacerlo mirando a través del espejo retrovisor? Desde luego que no, porque se estrellaría. Tendría que mirar hacia adelante a través del cristal delantero. ¡Son tantas las personas que tratan de adentrarse en el futuro utilizando para guiarse un espejo retrovisor! En vez de empeñarse en este sistema, debe concentrarse en lo que puede hacer hoy para mejorar las cosas.

Ahora es el momento oportuno de que usted tome una decisión. En este preciso momento debe prometerse que nunca más volverá a dejarse dominar por ninguna sensación de derrota o desaliento. Lo cual no significa que deba carecer de realismo ante los acontecimientos que se le presenten.

Simplemente significa que a partir de ahora ha de darse cuenta de que los sentimientos de derrota o abatimiento tal vez le impidan tomar las decisiones que pueden cambiar su existencia. Debe creer que aunque esas cosas le parezcan inabordables, puede darles la vuelta. Verá, todos tenemos problemas, sufrimos decepciones y frustraciones, pero el modo en que hacemos frente a nuestros reveses configurará nuestra vida más que cualquier otra cosa que emprendamos.

El fracaso realmente no existe. Si pruebas algo y no te da resultado, pero de ello sacas la enseñanza que te ayudará a ser más efectivo en el futuro, entonces en realidad has triunfado.

Hay un proverbio que dice:

“El éxito es el resultado del buen juicio. El buen juicio es el resultado de la experiencia. Y la experiencia es a menudo el resultado del mal juicio.”

¡Insista! Atrévase a pensar en grande y a perseverar en su intento. Si continua esforzándose en hacer mejor las cosas en aprender de sus errores, alcanzará el éxito.

Tanto usted como yo sabemos que hay personas que vinieron al mundo en una situación ventajosa: nacieron en familias ricas, se criaron en ambientes privilegiados, parecían bendecidos por unos cuerpos robustos y rebosantes de salud,... y sin embargo, muchas de esas personas terminan siendo individuos frustrados en su vida.

Por la misma razón, constantemente encontramos, leemos o tenemos noticias de personas que, contra todo pronóstico, han triunfado, rebasando los límites de su condición a base de tomar “Nuevas decisiones” referentes a la forma de conducir sus vidas. Se han convertido en ejemplo del poder ilimitado del espíritu humano.

¿Cómo se las arreglaron esos asombrosos individuos? Todos ellos, en algún momento decidieron que ya tenían bastante. Decidieron que en adelante no tolerarían nada que no fuera lo mejor. Tomaron la decisión real de cambiar su vida. De forma tajante e inmediata. ¿Qué quiero decir con eso de “Decisión Real”? Pues que son infinitas las personas que comentan: “Bueno, realmente debería perder unos kilos. Debería ganar más dinero.

Debería hacer algo para conseguir un empleo mejor.” Pero puede que por más que los “debería” les abrumen por todas partes, ¡Las cosas sigan sin cambiar!

La única forma de que su vida cambie estriba en que tome una decisión real. Una decisión real, auténtica, significa “eliminar cualquier otra posibilidad” que no sea la que se ha decidido convertir en realidad.

Si tomar decisiones es tan sencillo y formidable, ¿porqué tantas personas siguen pensando en pequeño, dentro del conformismo, sin tomar decisiones más a menudo? Porque no saben lo que es una decisión firme. Creen que las decisiones son como una lista de intenciones: “Me gustaría dejar de fumar”, o “Me gustaría crear mi propia empresa”. Pero cuando tomas una decisión de verdad sabes exactamente lo que quieres. No es un “me gustaría” es un tengo que hacerlo. Es un compromiso total con usted mismo. Todo avance humano empieza con una decisión nueva. De modo que, ¿Cuáles son las cosas a las que está dando largas, cosas que sabe que necesita hacer para que mejore su vida?

Hay algunas, ¿verdad? Tal vez la decisión de dejar de fumar o de beber y sustituir el tabaco o la bebida por un poco de ejercicio o la lectura. O acaso la de levantarse todos los días un poco antes y con mejor disposición. Quizá sea la decisión de no culpar o reprochar nada a nadie y ,en cambio, idear alguna forma que pueda mejorar su vida de día en día. Quizá sea la decisión de estudiar o trabajar las habilidades necesarias para ascender profesionalmente en su vida.

Atrévase a comenzar a pensar en grande. Walt Disney solía decir: “Todo lo que la mente del hombre puede imaginar puede hacerse realidad”. Comience a soñar en grande.

Despierte ese gigante que hay dormido dentro de usted, y saque a flote todas sus potencialidades. No se conforme con ser un simple espectador en el teatro de la vida. ¡Sea un actor principal!

Todas las personas que triunfan se entregan a una continua mejora. Nunca se consideran satisfechos con hacer las cosas bien; constantemente desean hacerlas mejor. Un viaje de mil kilómetros empieza con un paso. Pero a menudo olvidamos tenerlo presente cuando establecemos una meta. ¿Cuándo fue la última vez que se dio a usted mismo una palmadita en la espalda por haber dado el primer paso en la dirección que deseaba ir? Alimente sus decisiones recompensándose ante cada paso de avance que dé en pos de sus objetivos.

Y ese primer paso es soñar en grande. Dentro de cada triunfador hay un soñador. ¿Dónde estaría el ser humano sin los grandes soñadores que han existido en la historia? ¿Cómo sería nuestra vida sin electricidad, sin medios de transporte, sin los avances de la medicina?.... Todos cuando nacemos tenemos una gran capacidad para soñar. Los niños son el mejor ejemplo. Se hizo recientemente un estudio en niños de todo tipo de clases sociales, preguntándoseles a todos ellos la misma pregunta: Tú, ¿Qué vas a ser de mayor? No que te gustaría ser o que quieres ser, sino que vas a ser de mayor. Y aquellos niños, independientemente de su condición social respondían grandes logros: presidente, campeón olímpico, estrella de cine,.... Pero lamentablemente, conforme nos hacemos mayores llega la conformidad. Un niño desde que nace hasta los 18 años escucha más de 300.000 veces la palabra NO. “No toques eso”, “Tú no puedes”, “No lo hagas”, “Tú no vales”,.... A esto yo le he llamado la teoría de los hombres y mujeres bonsáis. Un bonsái no es más que un árbol normal, al que durante su crecimiento se le ha sometido a una serie de tratamientos, consiguiendo que desarrolle muy poco su tamaño. A muchos seres humanos les ocurre lo mismo. Permiten que otros, y el ambiente que les rodea los transforme en bonsáis. Lo más triste es que se contentan mirando a su alrededor y diciendo “Si mi vecino está igual o peor que yo”. Son bonsáis en un bosque de bonsáis.

Pero el ser humano no ha nacido para ser un bonsái. Todos somos capaces de hacer mucho más de lo que nos creemos capaces. Por eso ahora, en este mismo momento, le invito a que comience a soñar en grande. Imagine que fuese imposible fracasar, ¿Qué cosas intentaría?, ¿Qué le gustaría conseguir?, ¿Cuáles serian aquellas cosas que si las consiguiese usted pensaría que su vida ha sido bien invertida? ¿Qué le gustaría hacer o crear?, ¿En qué le gustaría convertirse?, ¿Qué le gustaría comprar?, ¿A qué lugares le gustaría viajar?, ¿A quién le gustaría poder ayudar? Vamos, adelante, usted no puede conseguir nada si antes no define donde quiere llegar. Hay un refrán que dice:

“Bienaventurados los que saben dónde van, porque son los únicos que sabrán cuando han llegado.” Voy a plantearle a continuación un ejercicio práctico que le permitirá construirse un futuro apasionante, que le motive y que le inspire a dar lo mejor de si mismo. Realmente no existen personas perezosas, solo existen personas con objetivos impotentes. Así pues, el primer paso es trazarse objetivos lo suficientemente grandes, inspiradores y desafiantes, que le inviten a dar lo mejor de sí mismo. Establecer objetivos es el primer paso para transformar lo invisible en visible, los cimientos de todo éxito en la vida.

JIMMY DAZA JIMENEZ

EL VALLE DE LOS CIEGOS

EL VALLE DE LOS CIEGOS*

H.G. Wells adapto en uno de sus cuentos una antigua leyenda del Perú. Allí cuentan la historia de un grupo de sus antepasados que, hace 14 generaciones, se retiraron a un valle cerrado a una gran altura en los Andes, y allí vivieron por su cuenta, lejos del resto del mundo civilizado. Quizá por efecto de la altura, quizá por una enfermedad contagiosa, o quizá por ambos factores combinados, aquella gente fue perdiendo gradualmente la vista, hasta que todos los habitantes del valle quedaron ciegos.

Continuaron su vida tranquilamente, sin embargo, ya que al perder la vista desarrollaron mas los demás sentidos y se adaptaron a la situación, oían cuando alguien se acercaba, y reconocían a la persona por el sonido de sus pasos; podían incluso adivinar, antes de que el otro hablase, si estaba de buen o mal humor por el tono de su respiración y el latido de sus venas. Seguían el camino con el roce de sus pies, y fijaban la madurez de la cosecha por la fragancia de los campos.

Era un pueblo feliz. Ocurrió, sin embargo, que su tranquilidad se vio amenazada por un suceso inesperado. Un aventurero solitario se perdió por los Andes, llegó al Valle de los ciegos y, llevado por la necesidad de sobrevivir, estableció contacto con aquel pueblo. Pronto cayó en la cuenta el explorador de que él era el único con vista en la región, y decidió quedarse para ayudar con su vista a los que no la tenían y mejorar su género de vida. Imagino que el mismo llegaría a ser el jefe del grupo, ya que en tierra de ciegos el tuerto es rey.

El tenía dos ojos sanos y vista perfecta, y quiso comenzar a demostrarles las ventajas que eso tenía. Preparó pruebas, pero no resultaron. Les dijo que le rodearán en círculo, y el escaparía aprovechando con su vista cualquier hueco entre ellos; pero tenían un oído tan agudo que cerraban las filas en cuanto se acercaba, y no consiguió atravesar el cerco.

Le ganaban a correr en los campos, pues sus oídos adivinaban el camino antes que los pies del otro, y recogían los frutos de los árboles más rápidamente que él, ya que su tacto y olfato los guiaban a la fruta madura con mayor rapidez que su vista. De hecho, todo le salió al revés, y llegaron a considerarlo como un enfermo y le dijeron sin ambages que lo que él llamaba “vista “era un defecto que había impedido que sus sentidos se desarrollaran con normalidad. Eso le supo muy mal, pero no tuvo más remedio que callarse. Para ellos, él era un minusválido, y como a tal lo trataban.

Entretanto, nuestro explorador se había enamorado de una de las muchachas del pueblo. La chica era ciega, como todos, pero él pensó que, una vez casados, podría llevarla a un sitio civilizado, donde los médicos podrían devolverle la vista. Pero no todo salió como él esperaba. Cuando le declaro su amor a la muchacha y le propuso casarse, ella le contestó: “Yo también te amo a ti y quiero casarme contigo”. Sólo hay una dificultad.

He consultado a los ancianos del pueblo, que son los que rigen nuestra sociedad, como sabes, y ellos me han dicho que no hay ningún problema, salvo que, como tú sabes –y perdona que lo mencione, pero lo hago por el bien de los dos, y espero que me comprenderás--, tú tienes una enfermedad en los ojos que ha atrofiado tus sentidos; y a mi, desde luego, eso no me importa nada, pero ellos dicen que, si te casas conmigo, la enfermedad podría propagarse entre nuestra gente, y temen que todos queden infectados y pierdan la salud. Ahora, eso tiene remedio; y, ya que tú me quieres de verdad y te fías de mí, estoy segura de que no dudarás en aceptarlo. Hay cirujanos muy hábiles entre nosotros que pueden operarte de los ojos, y quedarías como una persona normal, y podríamos casarnos enseguida. La operación no es dolorosa, y el resultado está garantizado.

Entonces tú serás como uno de nosotros, te podrás desarrollar plenamente como un hombre sano, y nos casaremos y seremos felices. Están ya avisados para operarte mañana. Dime, por ti y por mi, ¿estás dispuesto? El explorador se pasa la noche pensando. Ha entendido perfectamente el alcance de las palabras de la chica. Quieren dejarlo ciego.

Quieren que sea un ser “normal”, y normal para ellos quiere decir ciego como son todos los demás. Llega a ver su punto de vista, ya que ha comprobado mil veces lo bien que funcionan, a pesar de carecer de vista, y además él está profundamente enamorado de la chica.

En la oscuridad de la noche, cuando vista y ceguera se confunden en una sombra común, él se prepara al sacrificio y acepta la prueba de su amor. Se someterá a la operación. Pero luego al amanecer, los primeros rayos de sol comienzan a jugar con las flores del valle y a pintar el lienzo secuestrado del valle encantado.

La belleza de sus cerros, sus prados, su río, sus árboles, despierta de repente con el encanto mágico de la naturaleza virgen al romper el día. El hombre mira a su alrededor, contempla despacio el milagro del vivo paisaje, intenta por un instante decir adiós a todo aquello…, pero no puede. No será ciego. Despierta por fin del letargo de su romance, encuentra esta vez en su desesperación fuerzas para burlar la vigilancia de los guardias y escapa, del valle cerrado, al mundo de vida y color que era suyo y debería serlo siempre.

La humanidad es ciega. No que los hombres no se las arreglen para vivir de alguna manera; sí que pueden andar a tientas por los caminos de la vida, sembrar sus cosechas y probar sus frutos. Pero son ciegos. Se les escapan la belleza y el color, el sentido de la vida y la fe en la eternidad, el azul del cielo y el verde de los campos, y las flores y las hojas y los pájaros y las nubes. Los hombres son ciegos y han adaptado a su ceguera su modo de vida. Sus pensamientos y su conducta, sus principios y sus valores, son de los ciegos. Valdrán para funcionar de alguna manera, pero quedan esencialmente limitados por la carencia de vista. No hay visión.

Y la tragedia empieza cuando, en esa sociedad ciega, un hombre abre los ojos y se atreve a ver. Al instante se convierte en una amenaza para la sociedad, porque ve lo que los demás no ven, habla de cosas que ellos no entienden, hace cosas que ellos no pueden imitar, es diferente, es extranjero, es un enfermo. Su vista es un defecto, y hay que extirpar el tumor. Hazte como uno de nosotros, y todo te irá bien. Podrás ver a una mujer como se debe ver, podrás respetar y te respetarán. Sólo tienes que pagar un pequeño precio, y eso es para tu bien.

Cambia desde adentro hacia fuera, aprende a desaprender, evita los malos hábitos y cultiva una generación de hábitos valederos, constructivos que cada día trabajes por ello, para ser diferente, que te lleven a dejar un gran legado, una gran huella, tan inmensa y tan visible que muchos seguirán ese camino. Rompe el sistema, que el inconsciente colectivo de una sociedad conformista, empiece a cambiar, porque tú has decidido hacerlo ya.

Peter Drucker, cita: “Toda crisis reiterada es síntoma de pereza y abandono” es cierto estamos condenados a repetir nuestros errores porque existen las cosas y las formas de hacer y no cambiar, hoy te invito amigo lector a pensar, a cavilar y entrar al mundo de los excelentes, de los que realmente desean cambiar y decir “ SOY EXTRAORDINARIO “.

El poder de emprender, no es una simple enseñanza a la búsqueda de oportunidades empresariales, es mirar más allá de lo tradicional, es entrar en el mundo de los que se proponen a conseguir metas y entender que para ser un gran empresario se deben establecer principios únicos como son los de organizar nuestras vidas en lo espiritual, amigos, deporte, estado físico, salud, negocios, familiar y laboral, de tal manera que por inconsciente colectivo nuestra formación nos llevara a dejar un gran legado en esos aspectos y por ende si tomas la decisión de emprender un negocio, sabrás como hacerlo.

*Tomado del libro AL ANDAR SE HACE CAMINO CARLOS G. VALLES, SJ. PAG. 58 – 64

El poder de emprender, Jimmy Daza; 2011.

No nos falta valor para emprender ciertas cosas porque son difíciles, sino que son difíciles porque nos falta valor para emprenderlas.

JIMMY DAZA JIMENEZ